No era de vacaciones, tampoco de turismo, fue un viaje de “descubrimiento”
del alma y de los sentidos, al sur profundo del pais donde termina nuestro
territorio o comienza, todo depende de cómo se mire. Hemos tenido entre
nosotras a cuatro jóvenes: Laura y se hermana Alexandra, Yisel y Marisneybi que junto a nuestra hermana Sor Damaris
Flores han pasado diez días intensos de
trabajo en la misión de Pedernales con el objetivo de animar y acompañar primero
la pascua infantil y a continuación la juvenil en estos días de Semana Santa,
tiempo de reflexión y oración .
La aventura del viaje comenzó desde el trayecto hacia Pedernales donde
encontramos una huelga que nos mantuvo cerca de tres horas varadas en la fila
interminable de vehículos de la región más seca y desértica de la zona, todo
ello porque los lugareños reclamaban el agua de la que carecen desde hace
muchos años y quisieron presionar de esa forma a las autoridades. La penitencia
del calor bajo el sol abrasador, nos ayudó a solidarizarnos con la causa.
La pascua infantil que duró tres días congregó a una media de 150 niños-as
con las que las jóvenes junto a nuestras hermanas Damaris y Aida trabajaron en
actividades propias de esa edad, para despertar la conciencia de los niños
hacia la figura de Jesús y su misión.
A continuación comenzó la de los jóvenes que fue menos numerosa pero sin
dejar de ser intensa. Se hicieron dinámicas y reflexiones que motivaron a
entrar en sintonía con el tiempo litúrgico y la maduración en la fe. El sábado
santo para celebrar la vigilia pascual, se trasladaron a una de las numerosas
cuevas naturales que los paisajes de este entorno contienen y dentro de ella, en la oscuridad y el silencio,
se acercaron al misterio de Jesús, muerto y enterrado en el sepulcro para vivir
gozosas el momento cumbre de su
resurrección.
La realidad fronteriza con los hermanos haitianos de las lomas, barrios y el vecino pueblo haitiano de Anses
a Pitres , fue otro de los destinos a conocer, por la estrecha relación de
convivencia pacífica ( no exenta a veces de tensiones) y la riqueza cultural y
racial que provoca. Las jóvenes y Sor Damaris recorrieron algunas de las
colonias agrícolas que forman parte del territorio de la parroquia que es muy
extenso, participando en las liturgias riquísimas y sentidas de los haitianos.
La reflexión que a nivel grupal nos han compartido es la de haber
descubierto que Jesús forma parte de sus vidas, que les ha hablado al corazón
invitándoles a conocerle más y a seguir sus pasos aunque algunas aún no han
definido cómo, pero la inquietud está ahí, sembrada en el corazón esperando que
madure a su tiempo y eso requiere constancia, firmeza y escucha. Hay mucho
trabajo que hacer en esta inmensa viña del Señor, ellas han aceptado la
invitación para que “vengan y vean” y nosotras les hemos abierto las puertas de la casa
pero sobre todo, las de nuestro corazón.
¡¡Gracias ¡!Damaris, Laura,
Alexandra, Marisneybi y Gisel. Las queremos y recordamos.
¡!!FELIZ PASCUA DE
RESURRECCIÓN¡¡¡
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