Durante la homilía, monseñor Castro destacó que la Iglesia Católica, desde la Pastoral junto a los órganos eclesiales y el cuerpo de voluntarios destinados a las áreas de la salud, son «portadores de la esperanza, principalmente de aquellos que se encuentran en el abismo de una enfermedad. Lo esencial frente a ese abismo es brindarles palabras de aliento, consuelo y esperanza».
Resaltó «la sencillez y la humildad de las religiosas, quienes dedican tiempo completo a la Pastoral de la Salud para dar un abrazo de consuelo y ternura –a los enfermos-en la condición que sea; son capaces de unirse a ellos para brotar la dulzura, el amor y la misericordia de Dios.
La doctora Mirna Font-Frías, directora del Servicio Regional de Salud Metropolitano (SRSM), tuvo un mensaje de motivación, subrayó que «la vocación es uno de los pilares de la Medicina, como autoridades de salud y médicos, estamos comprometidos con nuestro pueblo en fortalecer la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud con el objetivo de educar».
Sor Trinidad Ayala Adames, coordinadora general de la Pastoral de la Salud, compartió las palabras de agradecimiento al «personal de salud y a los familiares quienes acompañan y cuidan a los enfermos de forma humanizada. Por las autoridades y el voluntariado de salud que dedican tiempo y esfuerzo a desarrollar políticas públicas y actividades a favor de los enfermos.»
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