Desde
épocas muy antiguas ha existido la lepra, una enfermedad que se conoce por ser
infecciosa.
Aún ahora, persiste el temor de su contagio, incluso en la
República Dominicana, lo que ha provocado la discriminación hacia las personas
que la padecen.
En el país solo existe un centro que se dedica al cuidado y
acogida de estas personas, el Leprocomio.
Sin embargo este se encuentra en mal estado porque no recibe los
recursos suficientes para que sus pacientes sean atendidos dignamente.
Un
grupo de 22 pacientes afectados de Lepra, reside en el Leprocomio, ubicado en
el barrio Puerta Blanca, de Nigua.
Sin
embargo, otras 20 personas no viven en el centro, pero asisten con cierta
regularidad para recibir sus tratamientos médicos. Estos han optado por tener
una vida menos restringida y más cerca de sus familiares.
La enfermedad bacteriana que afecta la piel tiene como primer
síntoma las manchas incoloras. Sus vías de transmisión incluyen principalmente
las secreciones respiratorias de una persona enferma y no tratada. Luego del
contagio los síntomas pueden tardar hasta 20 años en aparecer.
El Dr.
Félix Batista, que atiende pacientes en el Leprocomio desde hace 32 años señala
que la condición va evolucionando.
Los pacientes necesitan un tratamiento continuo, a base de
fármacos que son además costosos. Es por eso que los 205 mil pesos que recibe
el Leprocomio mensualmente del estado no son suficientes para abastecer las
necesidades básicas del centro y de los enfermos.
La
administradora del Leprocomio, Belkys Adames califica como un peligro la
condición en que se encuentra la estructura física del plantel, donde se
observa el deterioro. Son visibles las grietas, las filtraciones, aparte de la
falta de pintura y mantenimiento.
Un obstáculo que se suma a la lucha de los que padecen esta
enfermedad, es la falta de documentos de identidad.
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