Provincia ¨Jesucristo Redentor¨: CÓCTEL BENÉFICO

¡Salud por Dominicana!

Palabras de bienvenida

El evento que hoy realizamos tiene dos sentidos profundos: por un lado acoger y dar la bienvenida a nombre del equipo de la Pastoral de la Salud a cada uno de ustedes que nos honran con su presencia. Por otro lado, expresar el sentido de esta actividad, que más que un coctel o un brindis, es una apuesta y expresión de nuestro compromiso y defensa por la vida, en todas sus manifestaciones.

Expresamos a todos los que nos acompañan nuestro más profundo agradecimiento, de manera muy especial a nuestro arzobispo metropolitano, su Excelencia Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez y a la doctora Elena Fernández, directora de Promese - Cal, a la Señora Angélica Benítez de Ginebra, presidenta de la asociación de voluntarias de la Salud y a Sor María Trinidad Ayala, pionera de la Pastoral de la Salud quien hoy nos honra con su presencia ya que actualmente se encuentra de misionera en la India, y a todos ustedes, que con su presencia llenan de colorido esta noche.

Gracias por acudir a esta cita benéfica, expresión de gratuidad y servicio a favor de los más necesitados y vulnerables de nuestra sociedad, como son los carentes de salud.

Celebrar este cóctel “Salud por dominicana”, es un gesto simbólico que manifiesta nuestra sensibilidad y compromiso con la sociedad dominicana, de manera especial en el área de la salud porque entendemos que es un derecho básico y fundamental que contribuye a elevar la dignidad humana y al desarrollo integral de la persona.

La iglesia, experta en humanidad, en todo su accionar pastoral, ha dado un lugar privilegiado al campo de la salud. Hoy más que nunca, en medio de la amenaza de una cultura de muerte, ella asume con alegría del desafío de anunciar que la vida es el gran don que Dios nos ha regalado, y por tanto, estamos llamados a cuidarla, protegerla, y sanarla, como acto de amor, como mandato divino y como expresión de justicia en el mundo.

Esta celebración, es una apuesta por la vida, es un signo de esperanza, es la buena noticia que asumimos, de aquel que vino a darnos vida y vida en abundancia.

Finalmente, quiero ofrecerles a través de esta proyección visual, parte del trabajo que realizamos en la red de dispensarios católicos como expresión de nuestro servicio, ante la realidad que nos rodea de pobreza y marginación.

Estoy segura de que nuestro trabajo nos ayudará a alcanzar el gran objetivo de ofrecer mejor calidad de vida a los pobres y más necesitados de nuestra sociedad.