miércoles, 29 de enero de 2014
Las vocaciones son un don de Dios a la Iglesia y a la Congregación. Cada hermana debe sentirse implicada en este servicio de acompañar personal y comunitariamente a la juventud, potenciando una intensa acción pastoral que, basada en la vocación cristiana y en una pastoral juvenil entusiasta, suscite en la Iglesia los servidores que necesita. Es preciso que esta tarea de promover las vocaciones se desarrolle de manera que aparezca cada vez más como un compromiso coral de la Iglesia. Const. 90
SOR DELFINA, GRACIAS POR SU ENTREGA EVANGÉLICA.
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