En nuestro viaje de Adviento celebramos la fiesta de la Inmaculada. María, limpia de pecado y concebida sin pecado original. María, madre por la fe y la obediencia a Dios, espera con nosotros la venida del Hijo que nos trae la gracia y la verdad.
En este tiempo de Adviento intensificamos nuestra oración y con María esperamos vigilantes la venida del Señor.
En medio de este tiempo de
espera de la venida del Señor, damos gracias a Dios por María, aquella mujer
sencilla de Nazaret, la Madre del Sí y de la Esperanza. Ella es la que mejor
nos puede mostrar cómo prepararnos para acoger de verdad a Jesucristo en
nuestras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario