viernes, 29 de noviembre de 2013

“Haz, Señor, que estemos despiertos a tu venida, siendo esperanza viva para nuestros hermanos”.


En este primer domingo del Año Litúrgico se nos ofrece una página evangélica con una profunda enseñanza y muy a tener en cuenta: es necesario vivir en ACTITUD VIGILANTE, porque la manifestación del proyecto de Dios ya se ha dado plenamente en Jesús, pero el peligro es que “al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría” (Mt 24, 12); esto es, después de haber recibido, por la fe en Cristo, el amor de Dios, se corre el riesgo de dejar enfriar los dones y perderlos. He ahí el dilema.

Para empezar el nuevo camino, el del nuevo Año Litúrgico, no está nada mal esta enseñanza evangélica: vivir como quienes esperan a su Señor, en actitud despierta y vigilante. Y es que las “preocupaciones de la vida” pueden despistarme de tal forma que mi actitud sea similar al que describe el texto evangélico. Y el DON DEFINITIVO, que es Jesús y lo que Él aporta, ya se ha dado para mí, para nosotros; acogerlo y vivir desde sus claves, es la única actitud adecuada y válida para nuestra vida. Se me propone empezar el camino tras Él, y así aprender a “ser discípulo”; esto es, a “estar en vela” para poder vivir como Él. Hermano/a, tenemos TAREA por delante. ¡Hermanas, empecemos a caminar!
 
                                                     ¡FELIZ TIEMPO DE ADVIENTO!

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Madre de Las Mercedes

Madre de Las Mercedes
Nuestra Señora de las Mercedes es de todos y para todos”. P. Zegrí.