Nuestra misión, realizada con entrega y
espíritu de servicio, con diligencia y afabilidad, con paciencia y caridad, nos
llevará a humanizar el mundo de la salud y la geriatría, proporcionando una
atención integral, que ayude al enfermo y al anciano a descubrir el sentido
cristiano del sufrimiento, por su inserción en el misterio redentor de Cristo. (Const. 82)
El amor y la asistencia a los enfermos y a los ancianos ha sido patrimonio de la Iglesia en todos los tiempos, como respuesta fiel al ejemplo de Cristo, que recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y dolencia. (Const. 80)
RETOS PARA EL HOY,
CON PROYECCIÓN DE FUTURO,
DE LAS HERMANAS SANITARIAS
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